El narcotráfico podría revivir la violencia de los 80 en el Perú, según un experto
Así lo advierte el escritor Felipe Paúcar en su libro "La guerra oculta en el Huallaga, Monzón y Aguaytia"
Lima. (EFE).- La violencia que asoló Perú durante los años 80 podría regresar al país a causa del narcotráfico y la carencia de una política de Estado efectiva, advierte el escritor Felipe Paúcar en su libro "La guerra oculta en el Huallaga, Monzón y Aguaytia".
En una entrevista con Efe, Paúcar, un experto en narcotráfico y lucha armada en el centro oriente peruano, recuerda que en los últimos años el número de hectáreas de hoja de coca cultivadas ha pasado de 30.000 a 70.000. Además, "en las zonas cocaleras existen grupos armados que aunque no significan en número ni un 10 por ciento de lo que fue Sendero Luminoso utilizan armas mucho más poderosas", sostiene.
Para evitar que ello desencadene un conflicto civil, como el que azotó al país durante la década de los 80, Páucar considera que el Gobierno tiene que hacer una "apuesta decidida" para erradicar a las mafias de narcotráfico.
"Hasta ahora el Estado es quien menos ha asignado recursos para solucionar este conflicto", señala, "ya que eliminar los problemas de las zonas cocaleras no le da beneficios políticos, pues se trata de no más de 60.000 familias".
Para Páucar, la solución al problema del narcotráfico -en el que han confluido intereses de pobladores, grupos armados y potentes mafias- no sólo pasa por la intervención del Gobierno o incluso de Estados Unidos, país que ayuda militarmente a Perú en la lucha antidrogas.
"El compromiso tiene que ser de toda la comunidad internacional, que actualmente sólo actúa cuando se dan brotes puntuales de violencia", explica.
El también periodista subrayó que "los recursos no tienen que ir destinados a extinguir los cultivos de coca, sino a erradicar las potentes mafias", pero considera que "el Gobierno persiste en el error de reprimir a los agricultores".
Los pobladores los principales perjudicados
Sendero Luminoso, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), el Ejército Peruano, los Comités de Autodefensa, los cárteles de droga internacionales y las mafias nacionales han protagonizado, durante décadas, una guerra en el Alto Huallaga donde los principales perjudicados han sido los pobladores.
Indignados con las políticas estatales y los operativos de guerra empleados en los ochenta para eliminar las plantaciones de coca, los habitantes rurales acudieron al llamado de Sendero Luminoso, que -según Páucar- los reclutó en beneficio propio haciendo uso de "su malestar e inestabilidad social".
Con aquel capital humano y el ideal comunista de "destruir toda representación del viejo Estado", Sendero inició sus acciones armadas en 1981 contra las fuerzas de seguridad y autoridades regionales y locales, utilizando el negocio de la coca como fuente de financiación, agregó.
A sus acciones respondieron las fuerzas de seguridad, a través de la Policía Nacional, el Ejército, la Marina de Guerra y el Servicio de Inteligencia, quienes "se vieron obligados a aplicar la represión brutal para ingresar a territorios liberados", matiza Páucar.
El despiadado uso de la violencia y las acciones masivas de represión de uno y otro lado, a menudo toleradas por los gobiernos de turno con la actuación de grupos paramilitares, dejó un rastro de fallecidos aún hoy por esclarecer.
Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), casi 70.000 personas murieron o desaparecieron durante los 20 años de conflicto, que se dio por cerrado en el año 2000. A la desesperación por las desorbitadas cifras de víctimas se suma un sistema judicial corrupto "cuya maquinaria de la impunidad parece que va a seguir triunfando en sus objetivos", sentencia Páucar, con la esperanza, de que "algún día se pueda pasar pagina".
15 feb. 2007
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