20 ómnibus pagados no se sabe por quién movilizaron a unos cuatrocientos manifestantes, en su mayoría amas de casa y niños.
Edmundo Cruz.
La primera manifestación contra Aprodeh empezó a las 11:30 horas de la mañana de ayer. Unos cuarenta integrantes del "Gremio de Héroes de la Pacificación" (agrupación que reúne a militares y policías que quedaron discapacitados en acción de armas) marcharon, con banda de guerra incluida, desde la tribuna de Campo de Marte con dirección al jirón Pachacútec 980, distrito de Jesús María, donde tiene su sede la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh). Portaban cartelones con frases provocadoras como ésta: "Aprodeh órgano de fachada de terroristas". A la cabeza alinearon a cuatro lisiados en sillas de ruedas.
Minutos antes de que la marcha alcanzara las puertas de la ONG, apareció en forma inesperada un contingente de 50 policías y cerró el paso a los manifestantes, que de inmediato se arremolinaron para escuchar dos discursos. El de fondo lo pronunció el mayor EP en situación de retiro Raúl Díaz Marín, presidente de los "Héroes de la Pacificación".
Expuso las reivindicaciones del personal militar policial que sirvió en las zonas de emergencia y en especial de los que quedaron discapacitados. Aunque la mayor carga de su perorata la enfiló contra Aprodeh, en especial contra su presidente Francisco Soberón Garrido.
Hay que señalar que las denuncias y acciones legales de Aprodeh han dado lugar al procesamiento judicial de unos 600 oficiales por violaciones de derechos humanos. Y en especial a la extradición del ex presidente Alberto Fujimori y su juzgamiento por los casos de Barrios Altos y La Cantuta, cuyas audiencias deben reiniciarse precisamente esta mañana.
El primer mitin militar policial anti Aprodeh terminó a las 12.15 horas con apretones de manos entre los manifestantes y los policías que los escoltaron.
DESDE LOS CONOS
Quince minutos después, a las 12.30 horas, veinte ómnibus de "servicio especial" procedentes de Ate, Carabayllo, Ventanilla, Pamplona, San Juan de Lurigancho y otros asentamientos humanos fueron cuadrándose en la primera cuadra de la avenida Salaverry, a pocos metros del monumento "El ojo que llora".
Alrededor de 400 personas, la mayoría mujeres, madres de familia con sus hijos en los brazos, bajaron para enrumbar hacia la sede de Aprodeh. Cada unidad venía al mando de una coordinadora que repartía tickets amarillos a discreción a los pasajeros.
Las pancartas que portaban gente de condición modesta no expresaban protestas por el alza de los precios de los artículos de primera necesidad. Enarbolaban tres consignas: Aprodeh no, democracia sí, seguridad sí, orden sí". Una camioneta con altoparlantes les abría paso.
También en este caso otra unidad policial de unos 150 efectivos tomó posesión de la esquina del local de Aprodeh para evitar que la bien organizada protesta llegara a mayores. Apenas una señora se atrevió a lanzar un huevo a la policía. Pero quedó la gran pregunta: ¿qué se busca con este tipo de operativos?
EL DATO
Quién financió. Un distraído manifestante anti Aprodeh confesó ayer, en plena marcha, que los 20 ómnibus contratados por los enemigos de la ONG Aprodeh para desplazar a gente humilde de los conos de Lima al distrito de Jesús María tendrían como financista al empresario Ricardo Wong, el de Mesa Redonda, importador y mayorista de artículos pirotécnicos.
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