miércoles, setiembre 30, 2009

Galería temprana de políticos de izquierda

Por Mirko Lauer

Marco Arana. Avances en el reclutamiento de cuadros políticos que vienen de las ONGs. Todavía con problemas de recordación entre el gran público. Tarea principal: pasar de una imagen simplemente antiextractiva a una propuesta multidimensional. Quizás lo gane el tiempo para entrar en serio a la próxima elección regional-municipal.

Mario Huamán. Ya no se habla de un proyecto electoral en torno de la CGTP, pero la organización sigue combinando el activismo político con el sindical. Lo más probable es que termine al lado de Humala, en la lista parlamentaria, junto al PC y Patria Roja, si es que esa invitación se llega a materializar.

Ollanta Humala. Sigue manteniendo su imagen de opositor Nº1, pero también la de candidato Nº3 o Nº4 en la competencia. En consecuencia hay ruido de serruchos en torno suyo. Guerra silenciosa entre las alas izquierda y derecha de su partido. Tener una bancada grande le está resultando un handicap a la hora de hacer campaña.

Yehude Simon. El premierato lo ayudó a crecer, pero no logra mantener el nivel de presencia nacional que este le prestaba. La alianza con el Apra parece esfumada, y ahora se busca juntar grupos chicos, sobre todo los de fuerte implantación regional, para ir haciendo uno más grande. Lo rodea una cierta atmósfera de indefinición ideológica.

Susana Villarán. Su partido Fuerza Social está dedicado de lleno a los preparativos para lanzarla a la alcaldía de Lima. Hasta el momento la encuesta no da muchas esperanzas, pero el esfuerzo es visto como una forma de crecer. Sin embargo FS tiene otras cartas municipales y regionales bajo la manga, aunque las mantiene muy pegadas al pecho.

El mercado de kits electorales de la ONPE sugiere que veremos más candidatos, precandidatos o cuasi candidatos de izquierda, o que lo parecen a primera vista, que estos cinco. Por ejemplo, el partido de Isaac Humala o el del presidente de la región Puno. Además de docenas de agrupaciones locales cuyo horizonte es el 2010.

La declaración sobre intenciones electorales atribuida, y luego desmentida, a Abimael Guzmán por su abogado, abre la perspectiva de un candidato de ultraizquierda dura para intentar una presencia en el Congreso. Luego está el peligro de candidatos abiertos o encubiertos del narcotráfico, con agendas sociales o exigencias de impunidad.

A estas alturas está más o menos claro que el sueño de una izquierda legal unida como la de los años 80 no va a regresar. Lo más parecido a un ordenamiento que veremos es una disputa electoral entre izquierdistas legales moderados y radicales, y candidaturas del violentismo intentando clavar sus picas en Flandes.

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