“Yo no critico a ninguna persona, me refiero a los hechos; aquí hay un hecho: él hace una denuncia muy fuerte (cuestiona a la Comisión de la Verdad) y yo digo ¿por qué en Ayacucho guardó silencio y aquí habla?”, sentenció Bambarén, sin amilanarse por la ola de ataques de elementos ligados a la secta oscurantista católica Opus Dei que en el Perú encabeza Cipriani. “Allá hubiera hablado y habría salvado muchas vidas”, insistió, al responder a las imputaciones de los que defienden a Cipriani, cuestionado por su alineamiento con el régimen de Alberto Fujimori y alineado con los sectores más retrógrados del catolicismo. Muchos ayacuchanos recuerdan que cuando Cipriani llegó a Huamanga adquirió poder político gracias a sus contactos con Fujimori. “Durante diez años no se nombró a nadie en Ayacucho que no tuviera el visto bueno del arzobispo (Cipriani)”, afirmó el ex parlamentario aprista Alberto Valencia. Diversos testimonio acreditan que se reunía todas las semanas con el jefe político militar de Ayacucho y conocía hasta en sus últimos detalles todo lo que estaba sucediendo: las desapariciones, las torturas, las matanzas y las fosas comunes. El periodista ayacuchano Magno Sosa recordó que Cipriani mandó colgar en la puerta del arzobispado un letrero que decía: "Aquí no se atienden reclamos de Derechos Humanos". Pese a ello, Bambarén no quiso ahondar las diferencias con Cipriani. “No quiere decir que haya división, son opciones distintas. Son opciones libres, si le hubiera insultado sería distinto”, expresó. Por todo ello, negó haber transgredido alguna norma canónica al haber criticado expresiones del cardenal, de quien se declaró amigo, “aunque discrepamos en varias cosas opinables”. La Primera |
miércoles, setiembre 03, 2008
Si hubiera hablado, habría salvado vidas, Responde Monseñor Luis Bambarén al Cardenal Juan Luis Cipriani.
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