viernes, setiembre 28, 2007
Solidaridad y capacidad para aprender de los errores - Yehude Simon del Partido Humanista Peruano.
Por Yehude Simon. Presidente regional de Lambayeque y Pdte. del Partido Hunanista Peruano
La viabilidad del Perú
Luego de los trágicos momentos vividos en Ica y Huancavelica, producto del fatídico terremoto del 15 de agosto, tengo la certeza de que existen razones para sentir que la formación de la nación peruana dejó de ser una esperanza para transformarse en una realidad.
Nunca como ahora el Perú sintió que una parte de su territorio, de su población, había sido herido mortalmente y necesitaba demostrar que nuestro país, poblado por hombres y mujeres de todas las sangres, humildes y poderosos, autoridades civiles, militares y eclesiásticas, fueron capaces de sentir, en el fondo de su alma, que había que actuar de inmediato, tender la mano para que el agonizante no muera, y vaya que lo consiguieron.
La inmensa multitud de peruanos produjo, con su generosidad (entendiendo que esta era su obligación), una solidaridad muy pocas veces vista a lo largo de nuestra historia, a fin de resucitar a un pueblo absolutamente nuestro. Siento que Basadre, conmovido, quisiera pedir permiso en el lugar en donde se encuentra para retornar a proclamar, con orgullo, que el Perú dejó la etapa de formación para convertirse en una nación.
Sin embargo, el camino es aún complicado. Todavía existen peruanos que no entienden que nuestro país, a la vez de diverso, también es unitario. Que más allá de los intereses personales existe una patria a la que tenemos que servir sin la soberbia de pensar que podemos solucionar los problemas individualmente, sin alimentar prácticas confrontacionales cargadas de odios, que impiden desarrollar lo que le da las mejores oportunidades a la persona humana: el diálogo. Esa bendita posibilidad de sentarse en una mesa para, en función de la razón y de la verdad, concordar en aras del bien común, evitando actuar como quinta columna.
Durante décadas el Perú ha vivido crisis económicas y sociales. No pocas veces analistas internacionales y nacionales opinaron que era un país inviable. Hemos vivido todas las experiencias y, gracias a los esfuerzos de nuestro pueblo, a las inversiones honestas y al precio de nuestros productos en el mercado exterior, el país pasa por un estado de bonanza que, lamentablemente, los sectores populares no perciben. Por ello, debemos tener propuestas unitarias y coherentes. Todo ello me revela un Perú más que como proyecto, como una realidad viable.
elcomercio.com.pe 26 set. 2007
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