domingo, julio 11, 2010

Concertación: la verdadera revolución - Yehude Simon del Partido Humanista Peruano

Por Yehude Simon

Muchos analistas opinan que los frentes en el Perú siempre han fracasado, y esa es una gran falacia. Veamos la historia más cercana. Si uno estudia sin apasionamientos lo que significó la Izquierda Unida y el propio Fredemo, encontraremos resultados positivos que como experiencia pueden ser mejorados. Tal es lo que sucede en Chile, e incluso en Brasil con el PT, que no es otra cosa que la suma política equilibrada de centro, derecha e izquierda. La IU, cuando se trabajó proyectando esa imagen compacta de equipo y familia, produjo resultados favorables para el Perú. Esa unidad nos dio alcaldes, regidores y congresistas de gran nivel. Alcaldes como Alfonso Barrantes, Daniel Estrada, Michel Azcueta; senadores de la talla de Mohme Llona, Diez Canseco, Breña, Malpica, Murrugarra, Bernales, Del Prado, Ames y otros. Ellos demostraron cuán capaz era esa izquierda programática con el equipo de Javier Iguíñiz. Todo indicaba que se había emprendido el sentir de nuestro pueblo y no fue así. Vino la pugna por la hegemonía y desde ahí la ruptura y el fin del proyecto. Los resultados son historia reciente. Hoy además se requiere interpretar al mundo de manera diferente a nuestro pasado, aunque, claro, los sentimientos de justicia social persisten. Hoy miramos a Lula y a Tabaré y muchos nos llenamos de envidia.

Desde lo que significó en el siglo pasado el otro lado, la llamada derecha, esta tuvo lo suyo con MVLL y su propuesta del frente político Libertad. Sin las diferencias ideológicas de la izquierda, el movimiento sucumbió a los hegemonismos y a la captura de curules dejando de lado lo más importante del mensaje y propuesta de gobierno de MVLL. No solo fue el torpe derroche de dinero en la campaña, sino principalmente los desencuentros finales entre aquellos que pugnaban, sin medir consecuencias, para ganar un espacio político. Además de Vargas Llosa, cómo no reconocer la calidad humana y política de Belaunde, Bedoya, Lourdes Flores, Beatriz Merino, Alberto Andrade, Osterling, Ramírez del Villar, Sotomarino, Acurio y otros. Muchos de los que postularon llegaron al Parlamento gracias al Frente, pero sus pugnas fueron gravitantes para su ruptura. Esa experiencia, creo, fue muy bien concebida, muy seria, como proyecto político desde esa opción del siglo que se fue; ayudó mucho, por ejemplo, a tener un Congreso de gran calidad. Qué hubiera pasado en la otra cara de la moneda si estos dos frentes se hubiesen sentado junto al APRA en un gran Acuerdo de Gobernabilidad sobre temas fundamentales para el desarrollo del país. Tengo por cierto que se hubiera derrotado a la violencia política y, de igual modo, evitado la experiencia traumática de la dictadura.

En nuestro país no hay más de dos o tres opciones políticas diferenciadas. No encuentro, dentro de las propuestas de estas fuerzas afines, antagonismos programáticos: se reconoce la necesidad de trabajar en inclusión social, eliminación de la pobreza, valorar e invertir con más fuerza en educación y tecnología. Todos concuerdan en darle más presupuesto e importancia a la agricultura y seguir gastando en infraestructura: carreteras que nos integren; agua y luz para que ninguna familia peruana urbana o rural carezcan de ellas; no negar el papel en la economía de la minería y la importancia del capital nacional y extranjero; impulsar el desarrollo de la industria nacional y el papel fundamental de las PYMES, entre otros.

Si los matices programáticos son manejables, ¿qué falta para la gran concertación? Respondo: espíritu de sacrificio. Concertación es entender que hay personas como nosotros que quieren lo mismo y tienen las mejores posibilidades de hacer un muy buen gobierno si todos sumamos. Es entender que en el siguiente quinquenio será otro u otra la elegida. De lograrse el pacto y la unidad, tendremos partidos sólidos y un camino en firme para el fortalecimiento del sistema. Serán años de paz y la inclusión estará asegurada. Apuesto por eso, y no dudo que el país lo quiere así. Propongo que el bicentenario, 2021, sea nuestro gran reto, y llegar a él en las mejores condiciones. Son tres propuestas, tres unidades y que una de ellas, la que los peruanos elijan, inicie la era del resurgimiento del Perú.



http://www.larepublica.pe/debates-yehude-simon/31/12/2009/concertacion-la-verdadera-revolucion

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