miércoles, diciembre 31, 2008

Los compromisos del Partido Humanista Peruano de Yehude Simon en la hora actual


caravana humanista

Ante la CRISIS DE LA ECONOMÍA MUNDIAL, el Estado salió a salvar el sistema financiero.
El mundo está sacudido por el colapso financiero y la crisis mundial que empezó en Wall Street y cuyas consecuencias empiezan a llegar a los países pobres. Algunos estiman que en un mes se han “evaporado” más de 200 mil millones de dólares en títulos y acciones. Ahora, luego que la crisis licuó gran parte del capital financiero, la amenaza se cierne sobre la economía real, afectando la producción y transacción de bienes y servicios, generando recesión y la pérdida de millones de empleos.


Sorpresivamente para los ultra liberales, el primer esfuerzo de solución provino del Estado, aquella criticada institución por el pensamiento neoliberal. El gobierno norteamericano acordó un multimillonario rescate bancario destinando 700 mil millones de dólares, haciéndose cargo de una parte de los activos privados cuyo valor comercial caía en picada.

Sin embargo, no obstante las medidas adoptadas, las bolsas siguen cayendo ante el temor de una inminente recesión mundial. La incertidumbre se extiende. En este contexto, el Secretario General de la ONU señala: “la crisis podría tener tal impacto que muchas de las personas más pobres del mundo no sobrevivirían”. El anuncio no pudo ser más sombrío

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Ensayando una explicación, hay quienes sostienen que fallaron los sistemas de regulación de las instituciones financieras. Sin embargo, el problema es mucho más serio. En realidad, estamos presenciando las consecuencias de la debilidad intrínseca del mercado como paradigma neoliberal. Nada más, hay que ver al hasta hace poco todopoderoso Alan Greenspan, ex - presidente de la Reserva Federal de los EEUU por más de 18 años, reconocer en el congreso norteamericano que después de 40 años de buen funcionamiento, “había encontrado un defecto en su ideología y en el modelo empleado para comprender el mundo”. El panorama económico aparece confuso y nadie se aventura a señalar cuándo y cómo acabará la crisis.


A partir de reconocer los límites que ha demostrado tener el sistema financiero internacional, el mundo se orienta a recuperar con firmeza el rol regulador que tiene el Estado y por consiguiente su capacidad de intervenir con oportunidad el mercado de las finanzas cuando los indicadores económicos, técnicamente monitoreados, así lo exigen, en resguardo de las economías de nuestros países y su efecto devastador en la familias de mayor pobreza. Y mientras que algunos líderes europeos señalan que la crisis brinda una “gran oportunidad para reformar las reglas de las finanzas internacionales”, y “reconstruir las bases del capitalismo” aquí en Perú, reaccionamos a la zaga de lo que ocurre en el mundo. Sin iniciativa ni reflexión propia.

Por ejemplo, cabe preguntarse ¿Por que es legítimo el programa de salvataje estatal de la banca privada, con sumas multimillonarias, mientras que por otro lado, se guarda silencio frente a la actitud de esos mismos países desarrollados que incumplen el compromiso adoptado por ellos mismos en 1992 de asignar el 0,07% de su PBI (actualmente apenas asignan el 0,03%) como ayuda al desarrollo de los países pobres? ¿Y que harán las autoridades norteamericanas con aquellos funcionarios de varios bancos quebrados que reconocieron ingresos por más de 340 millones de dólares en sueldos y bonos en los últimos años, mientras se gestaba la crisis financiera estimulada en parte por sus decisiones especulativas? Así resulta certera la sentencia del reciente premio Nobel de economía Paul Krugman, cuando señala: “no se trata de estar a favor de la intervención del Estado siempre y en todo, pero si he sido crítico de la visión extrema del libre mercado”. Y continua: “Sí,… ésta (crisis) es una reivindicación para aquellos que decimos: esperen, el mercado no siempre tiene la razón” (BBC on line, 14.Oct.08). Por ello, proponemos la urgente necesidad de un gran debate nacional en el marco del Acuerdo Nacional con el propósito de:

    • Redefinir el rol regulador del Estado en la economía, en el marco de la internacionalización del mercado.
    • Reconocer la necesidad de construir indicadores sensibles desde el Ministerio de Economía y Finanzas que protejan las bases de un desarrollo productivo, sostenido y sustentable e identificar los potenciales efectos de la crisis mundial en el Perú, en particular sobre quienes tienen menos capacidad de resistencia.
    • El Perú debe aprobar una agenda nacional traducida en políticas públicas anticrisis, que haga frente no solo a las consecuencias de la inminente recesión, sino que además, aporte en el debate internacional abierto.

LA CRISIS POLÍTICA NACIONAL
Mientras tanto, el Perú experimenta una prolongada crisis de representación política. Durante las últimas dos décadas, la política nacional se ha visto dominada por candidatos “independientes”, o los denominados “outsider”. En realidad, con los cambios mundiales de fines de los 80 y las reformas estructurales de claro sesgo neoliberal de los 90, se ha configurado en el país un nuevo mapa social y político, en el que emergen nuevos actores que no se sienten adecuadamente representados por los partidos que se construyeron en el siglo pasado y que hoy se expresan en el parlamento nacional. En ese contexto, la acción política se ha “desideologizado” y el pragmatismo ha ganado terreno.

Al mismo tiempo, se ha extendido la conciencia de los deberes y derechos ciudadanos, sobre todo en mujeres y jóvenes, en los sectores económicos emergentes y en las comunidades de la sierra y de la Amazonía. Ellos avanzan en su protagonismo social y buscan un nueva y efectiva representación política.. Durante casi dos décadas, el Perú ha estado regido por un modelo económico neoliberal que reforzaba un patrón primario exportador, que nos ancla en un rol exportador de materias primas sin transformación ni valor agregado y que posterga nuestras aspiraciones de avanzar hacia un desarrollo sostenido que proteja nuestra ecología y biodiversidad . Se ha logrado la estabilización macroeconómica pero a la vez ella se muestra incapaz en si misma, para lograr los esperados efectos redistributivos y la inclusión social.

El costo social es elevado en términos de pobreza y los indicadores sociales continúan sin modificación sustantiva, persistiendo el abandono en educación, en salud pública, en empleo y en los bajos salarios de los trabajadores. Para graficar dicho contraste, basta recordar que en la misma semana en que se anunciaba el expectante ascenso del Perú en el ranking mundial de competitividad, se informaba que nuestra educación se ubica en el puesto 143 de 144 países evaluados. En medio de esa euforia por los éxitos macroeconómicos y el crecimiento por más de 7 años consecutivos, acompañada de justificadas presiones redistributivas, surgió la crisis ministerial desencadenada por un nuevo y gravísimo acto de corrupción que compromete a los mas altos funcionarios del actual gobierno, forzando por ello el cambio de todo el gabinete.

La pérdida de legitimidad fue de tal magnitud que rápidamente se hizo evidente que ninguna fuerza política por si sola podía resolver la crisis desatada. En esas condiciones, el Presidente Alan García invita a Yehude Simon, líder y presidente del Partido Humanista Peruano, a presidir un nuevo Gabinete Ministerial El cc Yehude Simon, Presidente del Partido, acepta el reto que plantea la crisis de gobernabilidad política que afecta nuestro País. Su aceptación se apoya en una consciente decisión de contribuir en la solución de la crisis creada, pero al mismo tiempo, en el propósito de otorgar a la gestión del gobierno, el sello social y redistributivo del que carece y que sí recoge nuestro Partido; esta es una expectativa permanentemente postergada, que demandan los más pobres, que proviene desde el interior del país, de las regiones, de los trabajadores, de los sectores emergentes, a los que nuestro Presidente y nuestro Partido representan. No hay mejor forma de construir gobernabilidad que equilibrando y redistribuyendo los beneficios del crecimiento.

Es cierto que la tarea se ha visto complicada por la crisis financiera, la inminente recesión mundial y la inminente baja de nuestras exportaciones que se traducirá en menores ingresos tributarios. Sin embargo, pesa más la voluntad de trabajar por el Perú enfrentado sus desafíos. En este contexto se requiere del esfuerzo de todas las fuerzas democráticas para enfrentar las consecuencias de la crisis mundial y fortalecer la gobernabilidad; es preciso desarrollar una convocatoria de ancha base, que necesariamente incluye a quienes integran el Acuerdo Nacional con una plataforma mínima que incluye definir propuestas efectivas para hacer frente a la corrupción, la pobreza, los remanentes de la violencia terrorista y para mantener niveles de inversión y de crecimiento económico compatibles con efectos redistributivos e inclusión social. Ello explica y justifica la presencia de Yehude Simon al frente del gabinete del gobierno aprista. Un compromiso con el Perú, una nueva forma de entender la política basada en el diálogo, construyendo consensos con todos los actores y fuerzas que forman la Nación.

NUESTROS COMPROMISOS
En la hora actual, el Partido Humanista Peruano, considera ineludible asumir los siguientes compromisos:

    • Evitar la recesión y controlar la inflación, asegurando un crecimiento económico realista y redistributivo.
    • Lucha frontal y permanente contra la corrupción en todos los niveles del estado, articulando la acción de los entes públicos encargados, con la activa vigilancia y control ciudadano. Política de transparencia desde todas las instancias públicas.
    • Sentar las bases de políticas sociales inclusivas: aplicando las recomendaciones del Consejo Nacional de Educación; avanzar hacia el aseguramiento universal en salud para todos los peruanos y peruanas, favorecer la formalización y promoción de la PYMES; superar los sesgos asistencialista y compensatorio de los programas de lucha contra la pobreza asegurando un claro liderazgo desde la más alta esfera del poder.
    • Descentralización y Regionalización fortaleciendo capacidades de gestión y una efectiva descentralización de los recursos fiscales. En ese camino, el Partido Humanista Peruano seguirá en su proceso de construcción y fortalecimiento a nivel nacional, culminando con éxito su inscripción en el JNE y avanzando hacia su Primer Congreso Nacional; firmemente comprometidos con la democracia, un auténtico desarrollo y el bienestar para todos los peruanos y peruanas.
fuente: http://partidohumanista.com.pe

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