lunes, febrero 04, 2008

Javier Diez Canseco fue blanco del grupo Colina

Los responsables del ataque a su domicilio fueron identificados, pero no se les aplicó ninguna sanción durante el fujimorato.

Por María Elena Castillo.
Foto: Yanina Patricio.


Ex congresista. Javier Diez Canseco recuerda atentados paramilitares en su contra durante el fujimorato.
El ex congresista Javier Diez Canseco fue uno de los políticos que estuvieron en la mira de los miembros del grupo Colina. El ex agente Julio Chuqui Aguirre confirmó esta semana que el atentado en la casa del ex parlamentario, perpetrado a inicios del gobierno de Alberto Fujimori, fue obra de ex integrantes de este destacamento militar, que en ese momento formaban parte del llamado grupo Escorpio.

Pasada la medianoche del 14 de noviembre de 1990 una carga de dinamita explotó en la casa del entonces senador Javier Diez Canseco y aunque la policía dijo que se trató de un atentado subversivo, la declaración de Chuqui confirma las sospechas que siempre tuvo el ex parlamentario: que detrás de este ataque estuvo el servicio de inteligencia.

"El atentado se produjo 24 horas antes de que entregáramos el informe de la comisión investigadora del espionaje telefónico realizado por miembros del servicio de inteligencia nacional. Se halló responsabilidad en el general Edwin Díaz Zevallos y en Roberto Huamán Azcurra", dijo.

VÍNCULOS CON COLINA


Documentos de inteligencia. Haga click en la imagen para ampliar.
Si bien la investigación correspondía a hechos ocurridos durante el primer gobierno de Alan García, y a pesar de que el informe del Senado pedía su destitución, ambos oficiales (Díaz y Huamán) continuaron en el servicio y fueron designados a puestos de confianza durante el fujimorato.

Diez Canseco recordó que la madrugada del 14 de noviembre de 1990 lo despertó una fuerte explosión que provino de una casa vecina. Un minuto después detonó el artefacto dejado en la puerta de su vivienda. "Si hubiera salido a ver pude haber muerto".

Años después, cuando el periodista Umberto Jara publicó su libro "Ojo por Ojo", el ex parlamentario tuvo los primeros indicios de que los autores habían sido miembros del grupo Colina. "El propio Santiago Martin Rivas habló de la interceptación telefónica y que en una ocasión un congresista recibió un ‘regalito’ en la cochera de su casa. Y el único al que colocaron un explosivo en la puerta fui yo", indicó.

ACOSO PERMANENTE

Ese fue solo el inicio de una larga lista de acciones de acoso y hostigamiento por la constante fiscalización que Diez Canseco ejerció desde el Congreso a las acciones de Montesinos y por la investigación de casos de derechos humanos. "Me hicieron seguimiento y entraron tres veces a mi casa llevándose solo mi computadora, mi pasaporte y algunos discos. Además asaltaron a mi esposa y a muchas de las personas que me venían a visitar", refirió.

Diez Canseco recibió otra amenaza del grupo Colina en 1995, cuando dejaron un arreglo funerario en la puerta de la Asociación Pro Derechos Humanos. El regalo llevaba una tarjeta que decía: "In Memoriam, en recuerdo de los que fueron, por la eterna calcinación de sus restos". El nombre de Diez Canseco encabezaba la lista de posibles víctimas incluidas en esta amenaza. La relación estaba firmada por "La Comunidad Colina". En 1997, el automóvil del congresista que llevaba a una persona al aeropuerto fue secuestrado con todos sus ocupantes. Golpearon al chofer, hirieron de bala a un efectivo de seguridad y maltrataron a una activista de derechos humanos, amiga del parlamentario. Horas después los dejaron a 100 metros de la casa de los hijos de Diez Canseco. Y en 1999, justo el día de su cumpleaños, aparecieron dos cráneos en la estación eléctrica que hay frente a su casa.

PRECISIONES

SEGUIMIENTO. Según un documento elaborado por un agente de inteligencia, en 1992 el entonces senador Javier Diez Canseco era objeto de seguimiento.

AMEDRENTAMIENTO. Familiares y amigos que frecuentaban su vivienda sufrieron constantes asaltos casa vez que lo visitaban.

IMPUNES. A pesar de las constantes denuncias hechas por el parlamentario, la policía no investigó los hechos.
fuente: La Republica Peru

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