lunes, julio 07, 2008

Gustavo Gutierrez; La voz de los pobres

Por Raúl Mendoza

La Repùblica

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Hace años le preguntaron a Gustavo Gutiérrez si tenía héroes que le habían servido de inspiración en la vida. Él respondió mencionando a sus padres, a algunos teólogos que lo habían convencido con sus planteamientos y a "las personas de mi parroquia –en el Rímac–, nombres que para muchos no significan gran cosa, pero que para mí son muy importantes". Esa última parte de la frase, lanzada con la certeza del que sabe de lo que habla, confirma la esencia de su vida y obra: la opción preferencial por los pobres.

Su pensamiento, innovador y solidario, quedó plasmado en un libro publicado en 1971, pero que él ya maduraba desde mucho antes: "Teología de la Liberación. Perspectivas", en el que planteaba que el mensaje cristiano en América Latina, pobre y desigual, debía alcanzar no solo la liberación del espíritu del ser humano, sino también la mejora de sus condiciones sociales y materiales. Hoy sus ideas siguen tan actuales como siempre. La pobreza, la injusticia, la violencia, siempre deben ser combatidas.

El mes pasado Gustavo Gutiérrez, iniciador –junto a otros teólogos latinoamericanos– de esta corriente de pensamiento dentro de la Iglesia, cumplió 80 años y 50 de sacerdocio. La ocasión fue propicia para reunirse en su nombre y para presentar un libro en su homenaje: "Libertad y esperanza. A Gustavo Gutiérrez por sus 80 años". En el texto, los amigos y compañeros de ruta escriben sobre temas vinculados a su enfoque cristiano: los pobres, la fe, la dignidad, los derechos humanos, la construcción de una sociedad solidaria.

"(Gustavo) no es hombre de una fe accidental y transitoria, sino de una fe honda, madurada en las páginas de San Pablo, nutrida de las viejas voces con que Bartolomé de las Casas –su mentor ideológico– clamó, siglos atrás, desde el desierto americano, para que los reyes y los poderosos advirtieran cómo crecían en aquellos pueblos, la desazón y el dolor, y cuán difícil era evangelizar", comentó Luis Jaime Cisneros, lingüista y amigo del teólogo, la noche de la presentación.

En la misma reunión el sacerdote Brian Pierce, llegado desde Roma, habló también de las ideas renovadoras que laten en la obra de Gutiérrez: "Los escritos tuyos y de otros teólogos nos ayudaban a ver la realidad de nuestros tiempos con nuevos ojos. Eran tiempos de mucha vitalidad y compromiso. El evangelio se nos hizo vida gracias a ustedes (…). Nos ayudaron a descubrir que la Biblia era más que mandamientos y milagros. Era un libro que transmitía esperanza y libertad".

TEOLOGÍA Y COMPROMISO

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Hombre de fe. Gustavo Gutiérrez en una de sus estancias en Suecia, donde es profesor visitante.
¿Qué dice Gustavo Gutiérrez sobre su obra? En una entrevista concedida al diario ‘El Nuevo Día’ de Costa Rica –la última que ha dado– en mayo pasado, señaló como punto de partida del término ‘Teología de la Liberación’ el mes de julio de 1968, en Chimbote. Es decir, este año la denominación para este nuevo enfoque eclesial cumplió 40 años.

"Me pidieron hablar de Teología del Desarrollo y me negué. Les dije que hablaría de Teología de la Liberación, que era más pertinente a nuestro contexto (...). En realidad no pensé escribir un libro propiamente. Uno trabaja en los temas que le interesan y que poco a poco van saliendo. Al comienzo de 1969 una comisión ecuménica sobre temas de desarrollo me invitó a Ginebra. Entonces retrabajé la ponencia de Chimbote y así lo seguí ampliando", contó sobre su libro capital.

Respecto a su aporte al pensamiento católico, el brasileño Leonardo Boff, otro de los padres de la Teología de la Liberación dice: "Pocos son los creadores de una ruptura epistemológica. En el campo de la filosofía occidental moderna fueron creadores Descartes, Kant, Hegel, Marx, Heidegger. En teología destacaron Tomás de Aquino, Lutero, Bultmann, Rahner. Gustavo Gutiérrez abrió un camino nuevo para el pensamiento teológico, descubrió una nueva manera de hacer teología".

AMIGOS DEL MUNDO

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Con monseñor Juan Landázuri Rickets, ya fallecido.
He ahí el valor del pensamiento de Gutiérrez. Y ese elogio no es poca cosa. En el libro "Libertad y esperanza. A Gustavo Gutiérrez por sus 80 años" otras voces también inciden sobre un tema muy caro para él: la amistad. Aquí podemos encontrar testimonios como el de los esposos Lorenzo Cosamalón y Marina Aguilar, que lo conocen de su paso por la Iglesia Cristo Redentor, en el Rímac, un distrito populoso donde Gustavo Gutiérrez no solo hizo trabajo pastoral, sino que realizó una intensa labor social que nadie en el barrio olvida.

"El padre siempre manifestó su sensibilidad por las familias más pobres, especialmente por los niños. Cuando en 1988 el país estuvo sacudido por la crisis económica, el padre Gustavo fue el principal gestor para la organización de los comités del Vaso de Leche, los comedores, el botiquín y los desayunos para niños. Estas labores no solo las apoyaba con los escasos recursos de la Iglesia, sino que se daba tiempo, a pesar de estar ocupado, para visitar los lugares donde se desarrollaban", cuentan.

Otros amigos de la Iglesia también reconocen la influencia de Gutiérrez en sus propias visiones de la fe. El arzobispo de Tegucigalpa, Óscar Andrés Cardenal Rodríguez Madariaga, dice de él: "Tuve la dicha de conocerlo hace 20 años, cuando fui elegido secretario general del Celam (...). Fue entonces que lo visité en Lima y en un coloquio fraterno nació una amistad que me ha enriquecido en mi servicio a América Latina". Y además de sus cualidades de pensador y amigo, a Gustavo Gutiérrez también se le reconoce su perfil como educador y humanista.

La noche en que el libro en su homenaje fue presentado, Gustavo dijo agradecido que la "teología, la reflexión, el lenguaje sobre Dios –que literal y etimológicamente es la teología– no tiene sentido si ese lenguaje sobre Dios no es comunicado a otros". Él ha dedicado su vida a hacerlo. Y sigue trabajando en ello.

OBRA EXTENSA

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Gustavo Gutiérrez ha escrito casi una veintena de libros. Entre ellos destaca "Teología de la Liberación. Perspectivas", que abrió una nueva veta para el análisis del cristianismo en América Latina y causó un gran impacto mundial. La obra de G.G. ha sido traducida a 14 idiomas y él ha sido honrado con 19 doctorados honoris causa. En 1984 fue distinguido como Hombre del Año, por La República, y ha obtenido numerosas distinciones similares. El libro ‘Libertad y Esperanza’ fue editado por el Instituto Bartolomé de las Casas y el Centro de Estudios y Publicaciones.


1 comentario:

Alejandro Jusim dijo...

Estimado compañero:
Te cuento que soy un trovador argentino, comprometido con las luchas de nuestra America morena.
El motivo de mi visita, es el invitarte a visitar mi blog, ya que desde hace unos dias, he recibido a un huesped nada "querible", se trata de un gusano facista de Miami. La cuestion es que estoy invitando a la gente a participar del debate que se establecio con este esbirro del imperialismo.
Ojala puedas visitarme e invitar a otros a hacerlo.
Desde Argentina, te mando un gran abrazo revolucionario.
Alejandro Jusim (trovador)