jueves, diciembre 15, 2011

El oportunismo derrotó a la izquierda


Por Juan Carlos Lázaro * | Lima, Perú

El fracaso de la izquierda política peruana que se embarcó en el ollantismo, asumiendo que éste representaba una opción progresista, base para “el gran cambio”, tiene su raíz, su causa y su explicación en el oportunismo.

El oportunismo (y la hipocresía) es el gran cáncer de esta “nueva izquierda” desde el fin de los años 80 cuando empezó a desmontarse el andamio frentista de la Izquierda Unida por los apetitos personales y electorales de sus dirigentes.

Es la época en que la izquierda abandona el trabajo de bases, la prensa propia, el debate ideológico (más necesario que nunca ante la caída del “socialismo real”) y opta por ganar más asientos en el Congreso y cambiar sus organizaciones partidarias por las rentables ONGs.

Sin proyecto propio y sin brújula, tal como lo señala con acierto Carlos León, la izquierda política peruana (o sea el Partido Comunista, el Partido Unificado Mariateguista –llamado hoy Partido Socialista- y Patria Roja) hipotecó su futuro y la ilusión de sus seguidores al caudillo de turno (Fujimori, Toledo, Humala) con los resultados que todos conocemos.

Los únicos beneficiarios de esta perversa hipoteca fueron los dirigentes izquierdistas, que ganaron algunos asientos en el Congreso y hasta algunos plácidos y jugosos ministerios, en tanto que sus electores y seguidores eran decepcionados y castigados por las medidas impopulares de esos caudillos que ellos mismos habían ayudado a elegir.

No obstante, nadie hasta ahora les ha exigido una explicación a esos dirigentes por su papel de primera línea en estas sucesivas “derrotas” de los sectores populares, lo cual prueba la orfandad de esta izquierda y permite advertir que con sus actuales representantes no hay ninguna posibilidad de renovación ni de resurgimiento.

Un demócrata y liberal sincero como el escritor Mario Vargas Llosa señaló con meridiano acierto el derrotero a seguir ante la disyuntiva electoral “Humala o Fujimori” en las últimas elecciones generales. Ese derrotero se sintetizó en el lema: “Por la defensa de la democracia y contra el retorno de la dictadura fujimorista”. Esto significaba votar por Humala.

Sin embargo, esta opción no comprometía en absoluto la adhesión al programa político del candidato de Gana Perú. Se trataba de una opción decisiva e ineludible ante el riesgo del retorno del fujimorismo al poder. Pero la independencia política de cada adherente a ella se mantuvo intacta.

Esta lucidez, surgida de convicciones democráticas sinceras, no iluminó las mentes de los dirigentes izquierdistas que, ávidos de poder político a cualquier costo, se embarcaron en el proyecto ollantista por “el gran cambio”, ilusionando a los sectores populares con su demagogia seudorrevolucionaria.

Por todo lo dicho, los lamentos y los lloriqueos por su actual “derrota” me suenan ridículos. Aquí lo único que queda es la sanción pública, enérgica e implacable contra los responsables de esta enésima desfachatez oportunista. Esos dirigentes de izquierda no merecen sino nuestro declarado y definitivo desprecio. ¡A voltear la hoja! (JCL).



* Juan Carlos Lázaro es poeta, editor y periodista peruano. Nació en Lima (Perú) en 1952. Por su edad pertenece a la generación peruana de los años setenta en la que se encuentran José Watanabe, Abelardo Sánchez León, María Emilia Cornejo, Jorge Pimentel, Mario Montalbetti, Juan Ramírez Ruíz, entre otros. Sin embargo su poesía está distanciada del coloquialismo que caracterizó a esta generación y cala, más bien, en las fuentes de un hondo lirismo que descubre y revela la realidad individual y colectiva.

Su andadura poética de inició en 1972 con la publicación de un conjunto de poemas que inauguraron las ediciones de La Tortuga Ecuestre. También ha publicado en Repertorio Latinoamericano (Buenos Aires), El caimán barbudo (La Habana) y Zen (San Francisco). En 2004 obtuvo el accésit de publicación del Premio Internacional de Poesía Julio Tovar (Tenerife, España). En otro plano, Juan Carlos Lázaro se ha desempeñado como analista político en diferentes diarios de Lima y edita por su propia cuenta las revistas Hechos & argumentos (política y cultura) y Sol & Niebla (poesía).

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