sábado, junio 07, 2008

Putis, demasiado dolor para ocultarlo


Por Germán Vargas Farías

La noticia ha concitado la atención de diversos medios del país y de agencias internacionales, empezaron los trabajos de exhumación en la que se estima es la fosa común más grande del Perú identificada hasta ahora. La noticia es la exhumación, pero la noticia es también la barbarie. Al menos 123 personas, entre varones, mujeres y niños fueron extrajudicialmente ejecutados en diciembre de 1984. Ocurrió en Putis, comunidad del distrito de Santillana, provincia de Huanta, Ayacucho.

Se trató de una sucesión de actos perversos. El informe final de la CVR ha registrado algunos de ellos, otros datos los conocemos recién ahora. Nos lo cuentan gente que sobrevivió a la tragedia, que ya no quiere ocultar su dolor.

Alrededor de ciento cincuenta personas de Vizcatampata, Rumichaca, Cayramayo, Orccohuasi y otras comunidades, llegaron a Putis confiados en la promesa de los militares instalados en la zona de brindarles protección. Eran personas que vivían asediados por terroristas de Sendero Luminoso pero también de otros, que vestían uniforme. Eran personas que querían vivir en paz pero fueron engañados, y obligados a cavar su propia fosa traicioneramente asesinados.

La noticia es la barbarie pero la noticia es también la esperanza. La esperanza de personas que 24 años después regresan a Putis a seguir buscando a los suyos, con la casi certeza de hallar sólo restos de sus seres queridos. La esperanza de una mujer que cuando niña, de 13 años apenas, fue apartada de quienes iban a morir, para usarla de cuartel en cuartel hasta hacerle envidiar la suerte de quienes, al menos, juntos murieron.

No fue un accidente, ni el exceso maldito que sujetos con la conciencia purulenta siguen diciendo. Por cobardía, estupidez o inhumanidad, no se reconoce que hubo un Estado que permitió y alentó el crimen y la vileza, y una sociedad que calló, a la que poco o nada le importó. En Putis se ha abierto una fosa más que pone al descubierto restos de seres humanos, pero que también revela mucho de nuestros males y defectos.

La noticia es la esperanza pero la noticia debe ser, también, la justicia. La Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial de Ayacucho decidió iniciar la exhumación de restos en Putis, con la cooperación del Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF) que ofreció generosamente su sapiencia y experiencia. Es una tarea grande que recién empieza. Se han sorteado obstáculos varios para llegar hasta allí, hará falta mucho más para alcanzar justicia.

El Ejército Peruano ha dicho, ante requerimientos de la CVR y del Ministerio Público, que no tienen ninguna relación de personal militar que sirvió en la base militar de Putis. Como si se evaporaran los criminales. Estamos una vez más advertidos, la justicia cuesta, no nos la regalarán.

Nuestro país será capaz de organizar dos y más cumbres mundiales, y podríamos soñar hasta el delirio y la soberbia con organizar los juegos olímpicos de no importa que año, pero hace falta mucho para que la justicia se incorpore lentamente, abrace al primer hombre y se eche a andar. Me lo contó Vallejo. (25.05.08)

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