jueves, febrero 26, 2009

El tonto inútil - Nicolás Lynch


Por Nicolás Lynch

“Tonto útil” es un término de la Guerra Fría que hacía referencia a los compañeros de viaje que por oportunismo o ingenuidad se aliaban con el comunismo, especialmente pro soviético. Pasada aquella época se ha seguido usando para los personajes que procesan alianzas sospechosas de simple aprovechamiento en una o ambas direcciones. Muchos me criticaron cuando, recién estrenado el actual premier Yehude Simon, lo califiqué como el Federico Salas del aprismo. Sin embargo, a solo cinco meses de nombrado el tiempo parece darme la razón. Si empezó como un tonto útil del aprismo en funciones, en brillante jugada de Alan García para descolocar a sus opositores frente a las acusaciones de corrupción que parecían tocarlo, hoy parece estarse agotando en el puesto, repitiendo ocurrencias que nadie le cree y comiéndose casi todos los brulotes del Presidente. Se ha convertido así en un tonto inútil, que lucha por su sobrevivencia en el gabinete y quién sabe si por su sobrevivencia política.

Pero, en fin, útil o inútil Simon tiene todo el derecho a aliarse con quien quiera y repetir lo que mejor le parezca. El problema es que en su búsqueda de salvavidas no ha tenido mejor ocurrencia que proponer una alianza del aprismo con la “izquierda madura” de cara al 2011. En ese curso ha deslizado sobre los que lo hemos criticado dos especies que es preciso levantar, para que distingamos quién está maduro y quién descompuesto en la política peruana.

En orden histórico, ha dicho que los que lo hemos criticado hemos sido los mismos que nos opusimos a Barrantes en la IU. Nada más falso y felizmente en el archivo de este periódico están las evidencias escritas de ese período. Fue exactamente al revés. Yehude Simon, dirigente de Patria Libre y escritor asiduo del semanario Cambio, ambos organismos de fachada del MRTA –si piensa lo contrario que nos desmienta– era un feroz opositor a IU y en especial a Alfonso Barrantes. La razón no era otra que la persistencia de Barrantes en desarrollar a IU como un frente democrático alejada de los cantos de sirena de la lucha armada. Es más, ya César Hildebrandt en artículos periodísticos y su programa de TV ha señalado su no tan velada defensa de las acciones armadas en esa época.

Pero Simon ha deslizado también que él colabora con el gobierno aprista igual que otros izquierdistas colaboramos con los gobiernos de Paniagua y Toledo. Al respecto, es preciso señalar que una cosa es colaborar con gobiernos democráticos en un período en el que salíamos de una dictadura y se buscaba culminar un proceso de transición –desafortunadamente frustrada por la opción neoliberal de Alejandro Toledo– y otra muy distinta hacerlo con un gobierno como el de García, a mitad de su mandato, que solo está interesado en gobernar para los ricos y sin que la entrada de Simon al premierato haya significado ningún cambio al respecto.

La mentira tiene patas cortas, señor Simon. No va a venir usted, desde el poder, a reescribirnos la historia a los que la hemos vivido. Y un pedido: no siga manoseando el nombre de Mariátegui, a José Carlos me refiero.

fuente: La Republica

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