Por Augusto Álvarez Rodrich
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Simon sólo debe ocuparse de ser premier.
La intención del premier Yehude Simon de formar un frente electoral entre el Apra y la ‘izquierda madura’ es, por donde se la mire, un error garrafal, tanto si realmente cree que es viable (porque no lo es), como si fuera una cortina de humo para ocultar problemas del momento actual (pues así no los resolverá).
El lanzamiento de dicho frente, a estas alturas del partido, no tiene sentido por cinco motivos. El primero es que todavía falta mucho tiempo, como ha señalado el secretario general del Apra, Mauricio Mulder, quien prevé –con razón– que el panorama aún no está claro como para una definición de ese tipo. Una manera elegante de decirle “no gracias, Yehude”.
El segundo motivo es que la izquierda es hoy una cosa amorfa con grupos –de diferente pensamiento y tamaño– en proceso de formación electoral que van desde Fuerza Social (la agrupación donde están Susana Villarán y tres presidentes regionales) hasta la CGTP, con Ollanta Humala también metido en este sector. Son muy diferentes uno del otro pero quizá la única coincidencia es que ninguno pactaría con el Apra.
El tercer motivo por el que no tiene sentido la propuesta del premier Simon es que el Apra se parece hoy en día mucho más a un partido de derecha que a uno de izquierda. Hasta Lourdes Flores parece ubicada a la siniestra de Alan García.
El cuarto motivo es que el tamaño sí importa. Yehude Simon tendrá una autoestima francamente envidiable, pero su agrupación política –el Partido Humanista– es chiquita con relación al paquidérmico –por grande pero también por lento– Apra.
¿Por qué el Apra se va a amarrar, dos años antes, con un partido pequeño como el Humanista? Lo más probable es que Simon sea percibido por los compañeros como alguien de la talla –política– de Alex Kouri, Rafel Rey o Ántero Flores Aráoz, quienes hoy se protegen por la sombra del árbol aprista.
Pero el quinto y quizá más importante motivo por el que es inoportuno el lanzamiento de la alianza electoral entre el Apra y la ‘izquierda madura’ es que nadie sabe si el premier Simon será, al final de su gestión, un activo o un pasivo político, pues aún está por verse cómo acabará su paso por el Ejecutivo.
En lugar de lanzar globos de ensayo electoral, la única preocupación de Simon debiera ser una buena gestión como premier. Hasta el momento, no lo está consiguiendo. Si no se concentra en ser un buen jefe del gabinete, nunca podrá ser buen candidato. Y se equivoca si cree que la manera de asegurar su posición dentro del gobierno es amarrando su futuro al del Apra. Simon debe pensar en el 2009, no en el 2011. Si no, que mire lo que le pasó a Luis Valdivieso, que solo duró seis meses.
La Republica
Mié, 25/02/2009
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