domingo, abril 13, 2008

La derecha tiene políticos rentados - Nelson Manrique

NELSON MANRIQUE G. Historiador y sociólogo analiza el perfil ideológico que ya no oculta el Apra, también habla de la derecha económica y deja una sentencia lapidaria para los viejos cuadros de izquierda.

Emilio Camacho,La Republica

Lapidario. Sociólogo se toma un tiempo para analizar todo el espectro político: la derecha aprista y la izquierda atomizada.

¿El último libro del presidente Alan García (que habla de la evolución ideológica de Víctor Raúl Haya de la Torre) termina por identificar al Apra con la derecha de la política peruana o todavía quedan dudas?

A mí no me que quedaba dudas a partir de la segunda semana del gobierno de Alan García. No descarto que haya algunos apristas que se sientan izquierdistas. He conversado con alguno de ellos. Pero como partido, el Apra está situado a la derecha y hace palidecer de envidia al PPC. Ha ocurrido algo que parecía imposible y es que Lourdes Flores ha terminado a la izquierda del Apra.

¿Es la primera vez que desde el Apra se admite que había un pensamiento a favor del libre mercado, y que esto ya estaba en los lineamientos dejados por Víctor Raúl Haya de la Torre?

Sí. El Apra ya era abiertamente derechista desde los años cincuenta. Pero ellos decían una cosa y hacían otra. Es así que en 1971 Haya de la Torre todavía podía decir "seamos francos, el mundo va al socialismo". ¿Y eso por qué? Porque Velasco se proclamaba socialista y Haya no podía quedarse atrás. Pero esta es la primera vez que el Apra dice lo que hace. Y creo que eso es un paso adelante, se ha sincerado qué es el Apra en el espectro político.

¿Y es real esta derechización del Apra? ¿No será que el oficialismo se acomoda a las circunstancias, pero no tiene un derrotero ideológico claro? Es decir, si la derecha no controlara en este momento el tema económico, el Apra podría desarrollar un programa progresista. Como que no le queda otra cosa que seguir con el programa económico seguido por Fujimori y Toledo.

Yo concuerdo con usted en que el Apra tiene una notable capacidad de plegarse a quien tenga el control, pero no creo que sea su única alternativa. Cuál fue la explicación que Haya de la Torre le dio a Julio Cotler cuando se le consultó por su alianza con la oligarquía. Por qué pactó con Prado y Odría. Haya respondió que había juzgado mal la situación y que pensó que la oligarquía tenía más fuerza de la que realmente tenía. En otras palabras, si Haya se hubiera dado cuenta de que la oligarquía no era tan fuerte, él se hubiera proclamado antioligárquico. Pero yo creo que hoy el Apra tiene mucho más margen de acción del que tuvo Haya. Si García quisiera ser consecuentemente hayista, tendría que recoger lo que su líder sí sostuvo hasta el final de sus días: que el Estado debía controlar al imperialismo, debía negociar de igual a igual con el imperialismo. En ese sentido, Evo Morales resulta más hayista que Alan García.

Porque él sí ha negociado con más energía con los capitales...

Él ha negociado y ha incrementado los ingresos del Estado boliviano de 400 a 2 mil millones de dólares anuales. Los socialdemócratas del Partido Socialista de Chile son más radicales que Haya, porque han retenido el cobre para el Estado y han obtenido 25 mil millones en 4 años, entre el 94 y el 97. Cuánto negocia el estado antiimperialista de Alan García: 180 millones.

Se refiere al aporte de las empresas mineras...

Me refiero al óbolo de las mineras. Lo que quiero decir es que no era necesario ser comunista o romper con el imperialismo para negociar mejores condiciones. Y la duda que surge es: ¿esto se hace gratis? ¿Se regalan miles de millones gratuitamente? Creo que con la experiencia del primer gobierno aprista tengo derecho a ser suspicaz. Una exigencia elemental de la oposición debería ser una declaración jurada de bienes de los principales funcionarios apristas.

¿Si el Apra encarna un pensamiento de derecha, cómo quedan otras fuerzas conservadores como el PPC?

El problema con la derecha es que nunca ha existido como un partido orgánico. Bush, Rumsfeld y Cheney son magnates petroleros. Son la burguesía financiera norteamericana metida a la política. Acá la derecha económica renta políticos y funcionarios para que los representen. Ni Alan García ni Lourdes Flores son una derecha social, son personal rentado por la derecha económica. Y la marca que persigue a Lourdes Flores es que es intercambiable. Eso ya lo había descubierto Mario Vargas Llosa en El pez en el agua cuando pensó que había ganado una serie de adeptos, pero al día siguiente de su derrota todos se pasaron al barco de Fujimori. Esta es una derecha que ideológicamente no tiene bandera, salvo los negocios.


"Finalmente la izquierda ha logrado suicidarse"

¿Sería más sincero que la Confiep, que representa a los grandes capitales, construya un partido que se reconozca de derecha?

Es cierto, podrían crear una expresión política propia. Pero también creo que es saludable que haya una distinción entre el gremio y un posible partido. Si la Confiep se convirtiera en partido y dejara de ser un gremio también dejaría de ser una alternativa. Pero sí, sería conveniente que los grandes burgueses actúen políticamente.

Y esto tampoco es una utopía. Ya ha pasado, al inicio de la historia republicana, que la derecha económica y los magnates se agruparon como un partido.

Es cierto. La pérdida del guano determinó una de esas experiencias. Durante décadas los consignatarios se habían enriquecido con el guano, pero cuando sube al poder Balta y su ministro Piérola, este decide entregar el guano a un monopolio controlado por el francés Dreyfus, entonces los poderosos tuvieron que organizarse como un partido. Actuaron así porque les habían quitado la gallina de los huevos de oro. Quizá un susto de esa naturaleza ayude a la derecha económica a organizarse, pero creo que por ahora le resulta más barato rentar funcionarios.

¿En este escenario, dónde está la izquierda peruana?

Para decirlo poéticamente, después de muchísimo esfuerzo la izquierda logró suicidarse. Ahora, es cierto que subsiste un temperamento de izquierda, pero este discurso no es viable porque no se atreve a hacer el balance de lo que suponen estos años. Además, existe una costra burocrática que impide la formación de nuevos cuadros.

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